domingo, 1 de septiembre de 2013

Setiembre

Hoy empieza un nuevo mes y como siempre, es una buena excusa para reiniciar, para sentir que se tiene nuevas oportunidades de hacer las cosas bien.
La semana que está terminando fué bastante movida en el plano sentimental, y no necesariamente en la parte de pareja, sino con hijos, padres, amigos.
Sigo aprendiendo, sigo, sigo.
Ayer salí a tomar desayuno con Cami. Lo hicimos sin planear. Logré dormir a Gabriel y aproveché que Fer aún dormía para dejarlos bien abrazaditos y salir a hurtadillas con mi princesa. Ayer sentí que Cami deja esa primera infancia y ya es una niña con quien puedo conversar, que me entiende, que se da perfecta cuenta de lo que pasa a su alrededor y que va formando una visión de la vida.
Mientras regresabamos a casa agarraditas de la mano sentí que eso es lo que importa en la vida. Eso, esos momentos que se van a quedar en su corazón para siempre es en lo que debo poner mi energía y mis afanes. Agradecí porque tenemos mucho. Tenemos lo que siempre quisimos para nosotros. Dios sabía lo que nuestro corazón anhelaba y nos los dió.
 Prometí ya no estresarme si la casa estaba desordenada, no perder la paciencia tan facilmente, no enojarme porque los demás no lean mi mente. Sé que dejar esos hábitos no es tarea fácil, pero es tarea en la que voy a trabajar cada día con esfuerzo. 
También prometo tomar fotos. 
Y que me importe menos lo que alguna gente piensa.
Como diría Cami, lo prometo con el dedito.
See you!
 

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